María Auxiliadora es una de las más antiguas y milagrosas advocaciones de la Virgen, y son numerosas las referencias que tenemos sobre el auxilio de María a los cristianos.
Primeras referenciasDesde que en el año 345 en Constantinopla, San Juan Crisóstomo dijera: » Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios», son numerosos los santos que se han referido a María como auxiliadora.
Sabemos por San Sabas, que en el año 532 había en oriente una imagen de la Virgen a la que llamaban «Auxiliadora de los enfermos», debido a las numerosas curaciones acaecidas por su intercesión.
Pero fue San Juan Damasceno en 749 el primero en difundir la jaculatoria: «María Auxiliadora , rogad por nosotros» y en recordarnos que «La Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte».
María Auxilio de los Cristianos
A lo largo de la historia, las iglesias de oriente y occidente han invocado el auxilio de María contra paganos y protestantes, atribuyendo a su intercesión la victoria en guerras e invasiones. Por ello, es una importante advocación tanto para la Iglesia Ortodoxa como para la Católica.
En este sentido hay dos eventos de especial transcendencia que fueron atribuidos a la intercesión de esta advocación. El primero es la victoria en la Batalla de Lepanto (1571) contra los turcos, a raíz de la cual el Papa Pío V ordenó que se rezara en las letanías «María Auxiliadora, rogad, por nosotros». El segundo fue la promesa del Papa Pío VII quien, prisionero de Napoleón, prometió a la Virgen que declararía la fiesta de María Auxiliadora el día en que llegara libre a Roma. Inesperadamente, el Papa quedó libre y al volver a Roma declaró ese día, 24 de mayo, festividad de María Auxiliadora.
San Juan Bosco y María Auxiliadora
En 1860 se le apareció a San Juan Bosco la Santísima Virgen diciéndole que quiere ser honrada como «Auxiliadora», y señalando un lugar en Turín (Italia) para que le construyera un templo.
San Juan Bosco comenzó a construir la iglesia con muy pocos medios, pero pronto comenzó a recibir la ayuda de numerosos devotos agradecidos por la intercesión de María Auxiliadora y en cuatro años estuvo terminada una gran basílica. En palabras del Santo: «Cada ladrillo de esta iglesia es una gracia de la Virgen María».
Oración de Ofrecimiento
Enséñame, oh María Auxiliadora, a ser dulce y bueno en todos los acontecimientos de mi vida; en los desengaños, en el descuido de otros, en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí, en la deslealtad de aquellos en quienes confié.
Ayúdame a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de otros; a ocultar mis pequeños sufrimientos de tal modo que sea yo el único que los padezca.
Enséñame a sacar provecho de ellos, a usarlos de tal modo que me suavicen, no me endurezcan ni me amarguen; que me hagan paciente y no irritable; que me hagan amplio en mi clemencia y no estrecho y despótico. Que nadie sea menos bueno, menos sincero, menos amable, menos noble, menos santo por haber sido mi compañero de viaje en el camino hacia la vida eterna. Amén.