San Melchor de Quirós, 28 de julio
Primer santo asturiano, obispo y mártir de la fe.
Biografía
Nació el 28 de Abril de 1821 en una pobre vivienda de Cortes (Quirós, Asturias). Tras estudiar filosofía y teología en Oviedo decidió ingresar en la orden de los dominicos y ser misionero en Asia. Melchor era una persona de gran piedad y con gran devoción al Señor de la Pasión y a la Madre Dolorosa, Debido a sus notables cualidades y persecución de los misioneros cristianos, fue nombrado coadjutor del obispo Sanjurjo a quien sustituyó cuando éste fue ejecutado. Pocos meses después de ser nombrado obispo murió sufriendo cruel martirio en Nam-Dinh.
Fue declarado beato por Pio XII en 1951, y santo por Juan Pablo II en 1988.
Carta de San Melchor a su familia:Abril, 6 de 1858.
Mis inolvidables padres y hermanos: Con el temor de escribir a muertos y la confianza de que cuando ésta reciban –si alguno vive- lo estaré yo también, pasaré gustoso lo que falta de la noche, dándoles una breve reseña de los exquisitos trabajos con que el Señor nos regala. Persecución cruel, hambre extremada y guerra civil, son los tres azotes con que los neófitos de Tung-King Central purgan sus pecados y labran una corona más brillante que el sol, que ceñirán por una eternidad. ¡Felices trabajos que hacéis dichosa la casa donde moráis!
Oración para grandes problemas y necesidades
Sacerdote de Dios, misionero fervoroso, apóstol infatigable, mártir de la fe de Jesucristo, bienaventurado fray Melchor.
Me acerco a ti confiadamente impetrando tu ayuda en mi necesidad, tu consuelo en mi dolor, tu esfuerzo en mi desaliento.
Tú que anduviste por caminos de humildad, quítame el espíritu de soberbia;
tú que te entregaste a Dios tan generosamente, haz que desaparezca en mí el egoísmo.
Haz que en Dios crea con la intensidad de tu fe y que a Dios sirva con el desinterés con que tu le serviste.
Haz que arda en mí aquella caridad que te llevó a sufrir tan horrible y doloroso martirio.
Si lo que te pido en esta novena es para gloria de Dios, alabanza tuya y bien de mi alma, concédemelo;
de lo contrario, dame conformidad, energía y entereza para sobrellevar mis sufrimientos y para cumplir en todo y siempre la voluntad de Dios.
Amén.