El mal de ojo es un cúmulo de energías negativas que personas amargadas, infelices, egoístas y celosas de la felicidad ajena envían a los demás.
Este mal en algunas ocasiones se realiza de forma activa, es decir, que se hace a propósito, con mala fe y deseo de hacer daño al otro. En este caso, podemos hablar de «un trabajo», algo muy peligroso para el que lo realiza ya que termina volviéndose contra esa persona o sus seres queridos.
Sin embargo, la mayoría de las veces se realiza de forma pasiva, es decir, sin quererlo. Este mal de ojo pasivo lo realizan personas que están llenas de odio, maldad, celos o envidia y que transmiten una energía negativa que afecta a los que los rodean. Aunque no lo hacen intencionadamente, también se ven afectados por esa energía negativa ya que son a la vez, portadores y transmisores de la misma.
¿Qué podemos hacer ante el mal de ojo?Ante todo hay que realizar una limpieza que elimine toda esa energía negativa y dé paso a nuevas corrientes de energía positiva. Si el mal de ojo es incipiente y todavía no está muy arraigado, puedes realizar el sencillo ritual que te indicaré más abajo, pero si el mal de ojo está muy avanzado o se trata de «un trabajo» que te han hecho, no dudes en pedirme ayuda.
Ritual
Este ritual puede realizarse cualquier día, pero es más efectivo si se inicia la primera noche de luna llena y se saca el plato a la ventana de forma que reciba la energía lunar.
Coloca un plato con 3 trocitos de carbón vegetal y 3 cucharadas de sal marina gorda debajo de la cama, a la altura del cabecero, y déjalo ahí durante 7 días.
En la mañana del octavo día, sin tocar el carbón ni la sal con las manos, echa el contenido del plato en una bolsa de papel y arroja su contenido en agua que corra mientras recitas la siguiente frase: «Agua limpia y transparente, llévate mi mal con la corriente». Si no tienes la posibilidad de hacerlo en un río o lago, puedes utilizar el inodoro pero asegúrate de que sale por el desagüe.
Repite esta operación 3 veces consecutivas.
