La salud es un don muy preciado que todos queremos para nuestros allegados. Cuando vemos a un ser querido con problemas de salud, sufrimos enormemente y procuramos hacer todo lo que esté en nuestra mano para ayudarles. Cuando este problema de salud afecta a uno de nuestros hijos, ese dolor nos parte el alma…
Benita estaba muy preocupada por la salud de su hija y necesitaba de esa energía pránica que tantos milagros nos procura.
Hoy comparte el testimonio de su milagrosa recuperación y todos nos regocijamos con ella!!!