Presentación de la Virgen, 21 de noviembre
La Presentación de la Virgen es uno de los episodios menos conocidos de su vida, ya que aparece recogido en el Protoevangelio de Santiago:
“Al llegar la niña a los tres años, dijo Joaquín: «Llamad a las doncellas hebreas que están sin mancilla y que tomen sendas candelas encendidas (para que la acompañen), no sea que la niña se vuelva atrás y su corazón sea cautivado por alguna cosa fuera del templo de Dios.» Y así lo hicieron mientras iban subiendo al templo de Dios. Y la recibió el sacerdote, quien, después de haberla besado, la bendijo y exclamó: «El Señor ha engrandecido tu nombre por todas las generaciones, pues al fin de los tiempos manifestará en ti su redención a los hijos de Israel.
Entonces la hizo sentar sobre la tercera grada del altar. El Señor derramó gracia sobre la niña, quien danzó, haciéndose querer de toda la casa de Israel.
Bajaron sus padres, llenos de admiración, alabando al Señor Dios porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció en el templo como una paloma, recibiendo alimento de manos de un ángel.”
Esta hermosa fiesta nos muestra como desde niña, la Virgen María estaba llena de la gracia del Espíritu Santo y se consagró a Dios.
Celebramos esta fiesta con la siguiente oración
Oh Dios, que quisiste que en este día
fuese presentada en el templo la Santísima
Virgen María, morada del Espíritu Santo:
suplicámoste por su intercesión nos concedas
merecer ser presentados en el templo de
tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.