Queridos amigos, hoy quiero hablaros de la historia de San Pablo Apóstol, ya que hoy 25 de enero se celebra la fiesta de su Conversión. Pablo, cuyo nombre judío era Saulo, perteneció a la casta de los fariseos y perseguía a los cristianos. Fue durante su juventud un judío de rectas y fanáticas convicciones, tanto es así que participó de la lapidación de San Esteban. Un día, de camino a Damasco, encabezando una comitiva precisamente con la misión de encarcelar cristianos, de súbito una luz fulgurante venida del cielo le envolvió , y él, cayendo al suelo, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y entra en la ciudad y se te dirá lo que has de hacer. Y los hombres que le acompañaban se habían detenido, mudos de espanto, oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Se levantó Saulo del suelo y , abiertos los ojos, nada veía. Y llevándole de la mano lo introdujeron en Damasco, y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió (Act. 9, 3-9). En tres días Saulo fue bautizado como Pablo, y